Me da que esta foto no le va a gustar a nadie, pero es que la tengo cariño por varias razones.
Por un lado, porque es la escalera de la casa de Santander antigua. La que han tirado, en la que he pasado 28 veranos... Era un edificio precioso, con estructura de madera hecha polvo, con goteras, humedades, puertas y ventanas que no cerraban y algún armario que quedó condenado durante un invierno en que las deformaciones de la estructura fueron mayores de lo esperado...
Y por otro lado, son mis "comienzos". Con la otra cámara y sin saber de photoshop, pero con un montón de ganas de meterme en el mundo de la fotografía...