
En el puente de Santiago, nos quedamos en Madrid e hicimos algo que teníamos pendiente desde que empezó el verano, pero que siempre da pereza por el calor: irnos de excursión. Esta vez, con la excusa de que mucho mejor las fotos del atardecer que las de primera hora de la mañana, nos ahorramos el madrugón, y nos fuimos a ver la hoz del Jarama. Y digo la hoz no sólo porque se llame así esta ruta, sino porque el Jarama no tiene más hoces.
La excursión merece la pena, el sitio es chulísimo y la verdad es que no te lo esperas, sobre todo después de atravesar con el coche montones de campos amarillos.
Del atardecer no tengo fotos (es lo que tienen las hoces, que como estás encajonado, no ves el sol...) pero encontramos un rinconcito, al lado del río, lleno de libélulas que se dejaban fotografiar muy bien, hasta se nos posaban encima! Así que ya está oficialmente estrenado el macro. Ahora me toca practicar a ver si consigo que deje de temblarme el pulso cuando lo uso.
¿Cuántas alas tiene una libélula?