correr... Lo arreglaria pero se me caduca el photoshop y no se si voy a conseguir otro..Por aquí, he empezado con mi plan de ir al centro entre semana. El martes me fui de compras por Oxford Street, que es una motivación fenomenal para olvidar la pereza que da ir al centro desde este pueblo. En Londres hay tiendas de ropa chulísimas y siempre están llenas de gente. Es increíble las colas que se forman, a pesar de que en Primark, por ejemplo, hay más de 20 cajas! En fin, que esto es el paraíso del consumismo, un peligro… Poco a poco iré a conocer las calles más comerciales y, por supuesto los mercadillos! Y cuando empiece el invierno, me lanzare a por los museos.
Ahora que voy moviéndome más, me he dado cuenta de que la gente es muy amable. Si te ven con aire de estar perdido, siempre hay alguien que se ofrece a ayudarte, he visto a una chica tirando de una maleta enorme en el metro y un señor, sin decir nada, le agarro de una de las asas y le ayudo a subirla por unas escaleras que parecían un castigo (otro día os cuento sobre el metro de Londres). Solo hay tres grupos de gente que me parecen bastante antipaticos: los revisores (sin comentarios), los dependientes de
supermercado, que estoy segura de que hablan a toda velocidad solo para que no les entienda, y las mujeres musulmanas con velo y carrito de niño. Estas últimas es que son peligrosas, no tienen ningún respeto por los tobillos de los demás. Empujan su carrito y solo se apartan si el obstáculo no vean delante no es de carne y hueso… El caso es que esto está lleno de musulmanes. Lo que más hay son hindúes (que seguramente lleven generaciones aquí), más incluso que ingleses de los blanquitos de pelo claro. Y luego, le siguen los musulmanes. A mí me llama muchísimo la atención la cantidad de mujeres que hay con túnica y velo, y muchísimas, con cara tapada. Esto último, además, me cabrea, pero es una batalla que habrá que ganar poco a poco. Están por todas partes; en la calle, en los supermercados, en el metro, las tiendas de ropa, de turismo… hacen vida de ama de casa, pero de negro y dejando ver solo los ojos y, en general, zapatillas de deporte. Para que os hagáis una idea, os cuento las dos anécdotas que mas me han chocado: una en el Southbank, mirando Westminster, se acerco un matrimonio, ella de riguroso negro, túnica desde la cabeza hasta el suelo, y un velo por la cara, y le pide a su marido que le haga una foto con el Big Ben de fondo. Pues bien, se coloco, apoyada en un murete y el
marido le saco la foto, con una tablet!!! Y lo mejor es que ella quería que le repitiera la foto! Me imagino que habría cerrado los ojos… La otra anécdota fue en Primark. Ya sabeis que cuando a uno no le apetece probarse algo, se mira en un espejo y se pone la prenda que sea por delante. Pues imaginad eso, pero la persona es una señora de negro con tunica y velo a la que solo se le ven los ojos, y la prenda, un vestido rojo con flores, de tirantes!
Poco a poco le voy viendo el punto a Londres. El finde estuvo aquí Oscar, tuvimos suerte y por fin salió el sol, así que hemos podido ver muchas cosas.







Después atravesé Regent's Park, que me impresionó muchísimo, no sabía que había parques tan grandes! De Regent's no voy a subir fotos porque no encuentro ninguna que me guste, pero ya volveré en cuanto pueda. Cuando estás dentro hay veces en las que no se ven edificios por ningún lado, solo praderas y colinas, y dentro hay un zoo y un aviario. En una zona había gente jugando al cricket, tres partidos distintos, cada uno con su campo. Como no sé en que consiste el juego no me pareció muy interesante, pero sí me hizo mucha gracia que fueran todos de blanco. Desde Regent´s crucé a Primrose, otro parque que tiene una colina desde la que se ve Regent's y el "sky-line" de Londres. Y por fin, paseando por la orilla del canal Regent de nuevo, llegué a Candem.